La novela del peruano Ivan Thays es, simplificando, una gran novela. En poco más de 200 páginas el autor nos relata como un periodista es enviado a un lugar llamado Oreja de Perro, en la zona peruana de Ayacucho, para cubrir la visita del presidente Alejandro Toledo, al que retrata como un alcohólico derrotado que sabe del fin de su presidencia y de la derrota de su partido en las próximas elecciones. En este viaje le acompaña un fotógrafo alcohólico y tarambana, pero con una sagacidad para adentrarse en el alma y la personalidad de todo el que le rodea, un escrutador de mentes y de historias.
Alrededor de ellos se mueven una serie de personajes que con gran precisión se van introduciendo en la narración mostrándonos, con una magnífica prosa, la dura situación vivida por los indígenas, siendo rehenes en la lucha encarnizada entre los soldados y los grupos armados revolucionarios que imperaban en la zona y que fueron los que más caro pagaron por ese conflicto. A veces, con una detallada dureza extrema y otros con suma agilidad nos desvela la lucha de estas gentes por sobrevivir. Los personajes son duros como rocas pero detrás de esa mascara todos esconden un pasado que les ha marcado para siempre y que viven y luchan con el recuerdo del pasado.
Uno de los temas más importantes de la novela es la memoria o la falta de ella, la memoria de los individuos y de la colectividad y como el recuerdo de los acontecimientos pasados nos hacen sufrir con el recuerdo de la perdida pero a la vez nos hacen restañar las heridas del pasado. Pero, ¿existe esperanza después de tanto sufrimiento? La respuesta tiene un sabor agridulce, porque nada es blanco o negro, sino que está lleno de matices y emociones que nos hacen cambiar la respuesta a la misma pregunta en momentos diferentes.
Una novela dura pero muy bien escrita con un ritmo muy ágil, con un humor muy ácido y con mucho doble sentido tanto en el lenguaje como en las situaciones y que nos abre las puertas a una nueva generación de grandes escritores sudamericanos. Y éste lo es.
sábado, 23 de enero de 2010
sábado, 16 de enero de 2010
Osama Bin ¿Llamazares?

Es que nos quejamos de los servicios de inteligencia (¿mande?) españoles, pero estos de la CIA son como los Motadelo y Filemón, agentes de la TIA. Tanto dinero que se gastan para seguridad y se les cuela en un avión un tio con los explosivos llenos de palominos (lo llevaba en el culo y debía ir marcando paquete como Manolete y todo despatarrado, como para pasar desapercibido, coño), otro se les cuela en Afganistan y aunque sabían que era una agente doble, no lo registran por que era coleguita y mata a nueve americanos. Y ahora utilizan el careto de Llamazares (lo que les faltaba a estos de IU, los pobres, pero eso les pasa por comunistas y maricones y todas las cosas, que el que anda con fuego que se joda) para hacer un retrato robot de Bin Laden, según dicen bajando la foto del Google. La verdad es que salvo el pelo, parecerse, parecerse, mas bien poquito. Esto es para incluirlo en el Photoshopdisasters. Manda huevos que la seguridad del mundo mundial dependa de estos listos... virgencita, virgencita. Yo, por si acaso no viajo a los USA no vaya a ser que me confundan con el asesino de los lavabos de señoras, que ha matado a cincuenta viejas mientras hacian sus necesidades en los Wallmart, que allí son muy cochinos y unos depravados, y es que aunque en el retrato robot mide lo mismo que un perro sentado y tiene el pelo rubio y ralo como el chumino de la Britni-spirs, pero llevaba gafas y pantalones chinos del tipo Carrefour como yo. Y ya se sabe, allí primero te enchironan, después te dan el traje a rayas y la pastilla de jabón y te meten seguidamente a las duchas a desparasitarte y arreglarte las almorranas, que ya tendran tiempo de hacerte preguntas cuando lleves una temporada en la sombra y estes mas manoseo por los negros que las tetas de la Nuria Bermudez. Que si me pierdo algún día que no me busquen en la tierra de las libertades. ¡Ay, que miedo¡
viernes, 1 de enero de 2010
Feliz 2010¡
Pues no es que nos lo pinten muy bien el año que acabamos de empezar, que si la crisis no ha acabado aún, a pesar de los "brotes verdes" (me encantan las metáforas, los aforismos, retruécanos y neologismos que utilizan los politiquillos, tertulianos y demás listos de los cojones para hablar mucho sin decir nada y así seguir mintiendo a la mayoría de las personas humanas, en fin, que le vamos a hacer, siempre fue así pero ahora más, otro día escribiré sobre el aborregamiento de las masas que diría Ortega si levantara la cabeza) y que si bla, bla, bla.
Este año no pudimos pasar la Nochevieja en Santander (lastima, aunque ya no sólo es la Nochevieja, es que ha habido años que nos lo hemos pasado mejor la noche del 30 que la del 31), pero pasamos Nochebuena y Navidad y como siempre lo pasamos de miedo viendo a todos porque la risa es la mejor medicina para recuperarse de las tristezas del crudo invierno, desperezar el espíritu y cargar pilas durante una temporada. Y es que fue inenarrable la cena en casa de Cesar y Susana (bueniiiiiísimas las pizzas de Susi, como siempre) en compañía del DJ Residente y su preguntas sin respuestas (me puede, lo juro, su ingenuidad innata) y tras los postres, champuses y demás las risas fueron apoteósicas, pero uno que está un poco mayor a las primeras de cambio se bate en retirada, por que una retirada a tiempo es una victoria, o al menos eso es lo que dicen los "loosers" para cubrir las apariencias. ¡Asesino¡ un día de estos me matas.
Y es que a pesar de todos los malos augurios con los que los agoreros nos quieren todos los días hacer que nos desayunemos, comamos, merendemos y cenemos, acabamos el año 2009 con risas y alegrías y comenzamos el 2010 con esperanzas y anhelos. Os deseo lo mejor para este Año Jubilar y si alguno tiene lo que hay que tener para hacer el Camino de Santiago, por favor que no cuente conmigo, que yo soy poco amigo de santos, curas y gente crédula en general, que aunque estudie mixtas en el Instituto (decían que era lo mas fácil y ahí acabábamos los más vagos) para estas cosas soy más de ciencias y si no es demostrable empíricamente no me creo lo de la salvación eterna y esas historias. Pero para cualquier otro evento divertido ya sabéis donde y como encontrarme (je,je,je¡)
Este año no pudimos pasar la Nochevieja en Santander (lastima, aunque ya no sólo es la Nochevieja, es que ha habido años que nos lo hemos pasado mejor la noche del 30 que la del 31), pero pasamos Nochebuena y Navidad y como siempre lo pasamos de miedo viendo a todos porque la risa es la mejor medicina para recuperarse de las tristezas del crudo invierno, desperezar el espíritu y cargar pilas durante una temporada. Y es que fue inenarrable la cena en casa de Cesar y Susana (bueniiiiiísimas las pizzas de Susi, como siempre) en compañía del DJ Residente y su preguntas sin respuestas (me puede, lo juro, su ingenuidad innata) y tras los postres, champuses y demás las risas fueron apoteósicas, pero uno que está un poco mayor a las primeras de cambio se bate en retirada, por que una retirada a tiempo es una victoria, o al menos eso es lo que dicen los "loosers" para cubrir las apariencias. ¡Asesino¡ un día de estos me matas.
Y es que a pesar de todos los malos augurios con los que los agoreros nos quieren todos los días hacer que nos desayunemos, comamos, merendemos y cenemos, acabamos el año 2009 con risas y alegrías y comenzamos el 2010 con esperanzas y anhelos. Os deseo lo mejor para este Año Jubilar y si alguno tiene lo que hay que tener para hacer el Camino de Santiago, por favor que no cuente conmigo, que yo soy poco amigo de santos, curas y gente crédula en general, que aunque estudie mixtas en el Instituto (decían que era lo mas fácil y ahí acabábamos los más vagos) para estas cosas soy más de ciencias y si no es demostrable empíricamente no me creo lo de la salvación eterna y esas historias. Pero para cualquier otro evento divertido ya sabéis donde y como encontrarme (je,je,je¡)
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