Estamos a pocos días de que sea elegido por primera vez en los USA un presidente negro, Barack Obama, en una campaña en la que como ocurre aquí, lo importante parece que no es el debate político sino lo anecdótico. Primero fue el enfrentamiento entre el negro "afroamericano" (con este termino tan políticamente correcto siempre "me se ha venido a la cabeza" la imagen de un Black Panther con un pelo afro del tamaño del gorro de un guarda de Bakinjam Palas y no un negro con traje chaqueta tirando a blanco) y Hillary Clinton, una "mujer", y ganó el primero. Pero he aquí que apareció en escena Sarah Paylin, con esa pinta de mosquita muerta, de las de ojo con el bicho que anda suelto. Pero a mi me da su puntillo de morbo, sobre todo después de ver parte de la película que ha hecho Larry Flint sobre ella.
Aquí tenemos a Soraya Saenz de Santamaría, la niña pija empollona con cara de harpía a la que yo no daría nunca la espalda, por si acaso, y también tenemos a María Dolores de Cospedal, rara avis de la derecha, pero como todas ellas, un lobo con piel de cordero, divorciada y que tuvo un hijo tras someterse a una inseminación in vitro (pero, ¿por qué?, si seguro que hubiera tenido en la puerta una docena de expertos manguteros dispuestos a darle su "mojo"), una fiel opositora a los matrimonios homosexuales y de la enseñanza en las escuelas de Educación para la Ciudadanía, y que se pasó por el forro a los ecologistas y sus protestas cuando era Consejera de Transportes e Infraestructuras en la Comunidad de Madrid con Esperanza Aguirre (¡va de retro Satanás¡ que esta lo único que me pone es de mala leche) y autorizó la construcción de la M-501. Pero a mi me da morbillo, y es que las Gaviotinas siempre me han dado un no-se-que, que-se-yo, como me pasaba con las tias del Instituto Isabel La Católica, de monjas, pero que eran más putas que las gallinas. Estrechas a las primeras de cambio pero que se soltaban el pelo en las distancias cortas. Modositas hasta que se te "abrían" y luego unas auténticas leonas. Pero, cuidadín, que luego eran unas auténticas amas de disciplina inglesa y como cayeses en sus garras te traían más derecho que una vela. Y, ay de ti si se te ocurría decir que el domingo quedabas con lo colegas para ir al cine o al fútbol, que se hacían con tus pelotas un alfombra afgana. Y al que no le pongan palote las pijas de derechas, que tire la primera piedra.
Bueno, hoy recomiendo un libro: - ) Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson (Destino), un libro que me recomendó el enano cabrón y que me ha encantado. Se trata de una novela policíaca que refleja a una sociedad sueca (¡a por las suecas¡) que me ha sorprendido, ya que yo tenía una imagen de un pueblo idílico, cultivado y progresista y resulta que cerca del 20% de las suecas han sido agredidas o amenazadas por sus parejas y le da un buen repaso a los suecos, que tras esa fachada de respetabilidad filantrópica dibuja una sociedad claramente machista y autodestructiva. El autor lo cuenta de una manera magistral, es muy meticuloso y con unos personajes antagónicos entre si, pero que encajan como en un puzzle. Y lo hace sin grandes golpes de efecto pero con algunas escenas de violencia o sexo explícito que te dejan estupefacto. Muy cercana a la novela negra, en la que el bien y el mal a veces se difuminan tanto que es difícil de distinguir el uno del otro y con una intriga que te hace que te enganches en la historia hasta llegar a un final inesperado y sorprendente. Merece la pena.
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