viernes, 2 de octubre de 2009

The Boys



El mundo de los superheroes en general y el de los mutantes en particular ultimamente ha sido muy mal tratado, tanto que hemos tenido que comernos auténtica bazofia en las múltiples películas que se han hecho del género. El superheroe debe ser un arquetipo con el que podamos sentirnos identificados, en como nos gustaría ser, un defensor de la humanidad, de la paz, de la libertad y de todas las causas perdidas que al final de una dura jornada contra crueles villanos siempre encuentra un rato de desahogo con una femme fatale o una rubia tonta anoréxica que le pide pocas o ninguna explicación a sus ausencias y a sus cicatrices. Pasamos desde los dioses griegos y romanos a los mitos y leyendas germanas hasta llegar a unos superheroes más cercanos y con unos problemas más cercanos al resto de los mortales desde la aparición de Watchmen o de los guiones de Stan Lee o Jack Kirby (X Men, Spiderman, Hulk,...). Pero hoy en día los guionistas y los dibujantes de comics quieren dar una vuelta de tuerca más a estos seres, matándolos, resucitándolos y sacando del ostracismo o metiendo en el armario para no volver a sacarlos, los mundos infinitos o "paralelos" (o para frikis), los crossovers y los saltos espacio-tiempo en las historias contadas llegan a convertirlos en auténticos culebrones o directamente en unos complicadísimos líos de lo más absurdo y para mi resulta cada vez más dificil leer un comic de superheroes sin tener a mano la Wikipedia o leyendo algún friki-blog que me explique de va la vaina. No por complicar más las historias son mejores, a veces al contrario.
Ultimamente estoy leyendo The Boys, un comic de Garth Ennis. En un mundo donde los superheroes son creados genéticamente o a base de un compuesto químico, muy inestable y cuyos resultados pueden ser desastrosos, un grupo de agentes de la CIA (también con poderes) deben vigilarles y tenerles atados en corto. Trata con extrema crudeza y violencia y ciertas dosis de sexualidad sin tapujos, típico de Ennis, no sólo el enfrentamiento entre los superheroes sino también sus propios conflictos interiores. Impagables algunos personajes como El Carnicero o el ruso-comunista Salchicha de Amor (ver foto). Guiones sencillos y sin complicaciones para pasar un rato divertido.

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