domingo, 21 de febrero de 2010

Avatar

Se abre el telón y se ve a un hombre bajandose los patalones y agarrándose una enorme picha. En ese momento aparece una mujer en escena y el tío le dice que se arrodille. Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la película? ... Ámamar.
Si algo se le puede criticar a la película, en ningún caso puede ser la utilización de la tecnología. Técnicamente es perfecta, o casi, ya que si te ponen, como fue mi caso, unas gafas que pesan media tonelada, al cabo de las dos horas y pico que dura la película, acabas hasta las narices, y nunca mejor dicho, de las dichosas gafitas. Y es que James Cameron ya lo demostró con Titanic, en la que del mismo modo puso a la técnica por delante de la historia y en ello es un maestro, con una ambición desmedida. No hay precedentes en el uso de la técnica del 3D que aquí se hace, combinando fetichismo tecnológico con mística New Age. La mejor definición que he oído de esta película es la que hizo un tipo cuando salíamos del cine: Es una mezcla entre Pocahontas y Matrix.
Pero yo me pregunto, si ahora que se están haciendo tantas películas utilizando esta técnica (ahora todas las pelis de animación son en 3D) esto no tendrá que ver con la lucha de la industria contra la piratería y sobre todo contra los screeners, ya que si después de gastarse una talegada de millones de dolares en producir una película tan faraónica como ésta no pueden dejar que el momio se les escape por algún lado. Es decir, hacer una película soberbia técnicamente, de la que todo el mundo habla, gastar un montón de pasta en publicitarla e impedir el pirateo, por que además esta es una película de las que hay que ver en pantalla grande y en 3D para disfrutarla totalmente y comprender el por qué se ha montado tanto revuelo con ella. La cuadratura del circulo y negocio redondo.
La historia no tiene ningún interés y aunque la intenten adornar con un discurso ecologista y de afear la política de las multinacionales en su lucha por conseguir el mayor beneficio a sus inversiones utilizando cualquier instrumento incluso el exterminio de las comunidades aborígenes, hemos de pensar que es un producto hollywoodiwense de una de las mayores productoras y que además espera llevarse un gran número de premios de la Academia en la próxima entrega de los Oscars, lo que nos lleva a pensar que tampoco podemos esperar una gran y ácida crítica, pero se podía esperar bastante más, que tuviera por lo menos algún sentido la historia y es que no lo tiene. Ya he dicho que técnicamente es innovadora y que a partir de ahora nos esperan muchos años de 3D por delante, pero la historia no, incluso tiene dos demandas por plagio. Es la típica historia del soldado que cuando conoce a los enemigos contra los que ha de combatir se vuelve un fiel defensor de ellos y finalmente en el cabecilla rebelde que dirigirá la lucha contra el mal representado por un comandante de los Marines que no le mata ni la madre que lo parió y que resulta totalmente patético y muy poco creíble (de lo peor de la película). La historia es totalmente predecible y poco interesante y solo la perfección de las imágenes te impide levantarte a mitad de de la película e irte a tu casa o a hacer cosas más interesantes. Los diálogos simplísimos, los personajes mil veces vistos (los estereotipos del héroe que cuestiona su misión, del militar malvado y de la soldado buena que se alía finalmente contra los que anteriormente eran sus enemigos por que se da cuenta de quien son los realmente malos, la científica que trabaja para conseguir el éxito de su proyecto, los lugareños defensores de la naturaleza, ...). Este pastiche es una mezcla entre Aliens,Terminator o Iron Man (los trajes de lucha de los marines), las arengas a lo Braveheart y las batallas épicas entre la tecnología a lo Star Wars o la lucha entre Caín y Abel de 300, como unos pocos seres sin apenas armas y montados en unos bichos jurásicos son capaces de acabar con todo un ejercito perfectamente formado y mejor dotado. Y todo ello en versión para todos los públicos y con un final totalmente previsible: al final ganan los buenos y los malos se marchan para siempre jamás y dejar en paz a los pobres Na´vis. Mucho ruido para tan pocas nueces, pero que como siempre, nos harán creer que es otra de esas películas que no te puedes perder y mucho menos no verla en el cine con las dichosas gafas.

sábado, 13 de febrero de 2010

Cine y novelas

Cuando lees una novela te imaginas a los personajes y te haces una idea "física" de como serían, una imagen que el autor graba en tu cerebro, pero que para otro lector del mismo libro puede ser diferente. Esa es la magia de un buen libro: darte la posibilidad de adentrarte en el personaje y de apoderarte de él. De darle tu forma y hacerlo un poco más tuyo.
Por eso normalmente, al ver una película de la que has leído el libro en el que está basada, o lo mismo con un comic, siempre sueles pensar lo mismo: "es malísima, no se parece en nada al libro, el libro es muchísimo mejor". Adaptar una novela a la pantalla es muy tentador para muchos directores (y productores). Primero porque es una historia ya creada y de la que es más fácil escribir un guión y si, sobre todo, ha sido muy leída, reclamará la atención de los lectores del libro y llevara a mucha gente a verla. Lucia Etxebarria, a la que no tengo ningún aprecio, dijo que cuando vendes una novela al cine es como cuando vendes a tu hija a un burdel, si la joden, te aguantas. Y es cierto.
Los que hemos leído a Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle, tenemos a Peter Cushing grabados en la cabeza y en la retina cuando nos imaginamos como sería el personaje, por su gran interpretación en El perro de Baskerille. Pero no nos podemos imaginar a Robert Downey Jr. en el papel. Hoy he visto la película de Guy Ritchie y me ha pasado eso, he dicho lo de que mala era la película. Me quité la chistera, sin tenerla, cuando vi Lock And Stock y Snatch (¿te gustan los chuchos?) aunque ya con Rockanrolla le vi el plumero, y parecía un más de lo mismo del director que se durmió en los laureles y sobrevive contando lo mismo de siempre.
Bien es cierto que el personaje de Sherlock Holmes era en la novela un drogadicto, borrachín, boxeador y de extremada inteligencia, pero contarnos que era una bisexual, graciosete y chisgarabis, no sé, no sé. Me suena a tomadura de pelo. No es creible. Y no sé si me da más sonrisa o sonrojo. Y del Watson interpretado por Jude Law mejor no hablo, en dos palabras, im-prezionante.
La historia es ridícula, la trama de misterio inverosímil y no tiene ningún interés. Eso si, la ambientación, las imagenes masónicas y los decorados son espectaculares y me recuerdan al From Hell de Alan Moore y su adaptación cinematográfica. Le quieren dar una patina a la película de seriedad con la imagen del cuervo recordando a Edgard Alan Poe, pero no lo consiguen en ningún momento. Y lo peor es que al final sale la imagen del Doctor Moriarty abriendo la puerta a una segunda parte.
Espero que al protagonista, lo mismo que le deseo en Iron Man,que la segunda parte sea mejor que la primera. Pero como suele pasar siempre, solemos decir que la segunda parte es peor que la primera, lo que me da que pensar que si de una adaptación siempre sale una mala película, de la mala adaptación al cine de una novela, ¿cómo será la segunda película? Se me ha pirado el panchito y se me han quemado las neuronas para seguir escribiendo. Lo siento. Hasta otro día.