sábado, 13 de febrero de 2010

Cine y novelas

Cuando lees una novela te imaginas a los personajes y te haces una idea "física" de como serían, una imagen que el autor graba en tu cerebro, pero que para otro lector del mismo libro puede ser diferente. Esa es la magia de un buen libro: darte la posibilidad de adentrarte en el personaje y de apoderarte de él. De darle tu forma y hacerlo un poco más tuyo.
Por eso normalmente, al ver una película de la que has leído el libro en el que está basada, o lo mismo con un comic, siempre sueles pensar lo mismo: "es malísima, no se parece en nada al libro, el libro es muchísimo mejor". Adaptar una novela a la pantalla es muy tentador para muchos directores (y productores). Primero porque es una historia ya creada y de la que es más fácil escribir un guión y si, sobre todo, ha sido muy leída, reclamará la atención de los lectores del libro y llevara a mucha gente a verla. Lucia Etxebarria, a la que no tengo ningún aprecio, dijo que cuando vendes una novela al cine es como cuando vendes a tu hija a un burdel, si la joden, te aguantas. Y es cierto.
Los que hemos leído a Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle, tenemos a Peter Cushing grabados en la cabeza y en la retina cuando nos imaginamos como sería el personaje, por su gran interpretación en El perro de Baskerille. Pero no nos podemos imaginar a Robert Downey Jr. en el papel. Hoy he visto la película de Guy Ritchie y me ha pasado eso, he dicho lo de que mala era la película. Me quité la chistera, sin tenerla, cuando vi Lock And Stock y Snatch (¿te gustan los chuchos?) aunque ya con Rockanrolla le vi el plumero, y parecía un más de lo mismo del director que se durmió en los laureles y sobrevive contando lo mismo de siempre.
Bien es cierto que el personaje de Sherlock Holmes era en la novela un drogadicto, borrachín, boxeador y de extremada inteligencia, pero contarnos que era una bisexual, graciosete y chisgarabis, no sé, no sé. Me suena a tomadura de pelo. No es creible. Y no sé si me da más sonrisa o sonrojo. Y del Watson interpretado por Jude Law mejor no hablo, en dos palabras, im-prezionante.
La historia es ridícula, la trama de misterio inverosímil y no tiene ningún interés. Eso si, la ambientación, las imagenes masónicas y los decorados son espectaculares y me recuerdan al From Hell de Alan Moore y su adaptación cinematográfica. Le quieren dar una patina a la película de seriedad con la imagen del cuervo recordando a Edgard Alan Poe, pero no lo consiguen en ningún momento. Y lo peor es que al final sale la imagen del Doctor Moriarty abriendo la puerta a una segunda parte.
Espero que al protagonista, lo mismo que le deseo en Iron Man,que la segunda parte sea mejor que la primera. Pero como suele pasar siempre, solemos decir que la segunda parte es peor que la primera, lo que me da que pensar que si de una adaptación siempre sale una mala película, de la mala adaptación al cine de una novela, ¿cómo será la segunda película? Se me ha pirado el panchito y se me han quemado las neuronas para seguir escribiendo. Lo siento. Hasta otro día.

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