¡Que pena!, se ha muerto el "Maiker Yanson" (como le llamaba mi tío Santos, o bien "el negro ese que se toca los huevos" que en el concierto que dio en el Estadio de Valadolid se fue con su R-12 Ranchera amarillo a vender girasoles -por las pipas- a las puertas antes de que empezara el concierto, esto es cierto como que hay Dios (sic)), él, que ni era negro, ni era blanco, que no era "ni de chicha ni de limoná", que no le "hacía ni a elo ni a lana" pero al que le gustaba darle a los chiquillos "leche con galletas... y lo otro". Pero mis mejores recuerdos del semi-negro o pseudo-blanco son del año 1982. Yo por aquel entonces era más de Barón Rojo, Obús, Leño, Bloque, Asfalto, con sus cintas grabadas y regrabadas, que a falta de dos pletinas (joder, "pletinas", cuanto tiempo sin escuchar esto) grababas como podías, poniendo dos radiocasetes juntos o cortando los cables de un micrófono y empalmado al enchufe de unos auriculares y rezando a todos los dioses del Olimpo para que el invento funcionase y no sonase demasiado mal que a veces hacías copias de copias de copias de casettes. También escuchábamos el Heaven and Hell de los Black Sabbath o el Number of the Beast de los IRON MAIDEN (estos sí, con mayúsculas). En 1980 murió Bon Scott de los AC/DC y le sustituyó Brian Johnson y nos quedábamos flipados durante horas y horas escuchando el Back in Black una y otra vez, mientras derramábamos lágrimas por los cuatro costados y nos fumabamos nuestros primeros cigarritos de la risa. Por aquel entonces andaba tonteando con una tía entre punki y siniestra, Elena, que me llegaba a la altura de los calcetines (por su escasa estatura) pero que estaba buenísima, a la que, finalmente y tras mucho acoso, hubo derribo, y con ella descubrí a Soiuxsie and the Banshee, New Order y Joy Division y fui con ella en ese año a mi primer concierto en la Sala Morasol, si la mítica de la Movida, para ver a los Lord of the New Church, que empezaron con hora y pico de retraso y nada mas salir al escenario empezó a caerles una lluvia de botellas de cerveza y escupitinajos, lapos de esos con consistencia y textura, uno de los cuales le calló en la boca al batería que soltó las baquetas y se tiró encima del público a repartir hostias a diestro y siniestro (nunca mejor dicho). ¡Qué tiempos!
Yo estudiaba en un Instituo que había junto a la Glorieta de Embajadores, donde había un Simago (ya se sabe el dicho Simango, no robo) y teníamos una técnica un tanto chusca, pero que dio resultado durante bastante tiempo, que era que cuando estábamos en la hora del recreo o de pellas, que también era bastante habitual (llegué a tener más de 150 faltas de asistencia en un trimestre, y tras engañar a mis padres durante una buena temporada, al final les llamaron y se enteraron y me dieron más palos que a una estera), entre tres o cuatro cogíamos un disco, pongamos de Manolo Escobar, por poner un ejemplo, y con la uña, una navajilla o un cortauñas (que uno siempre tenía que tener algo a mano por si las moscas, que eran tiempos muy duros), habríamos un lateral y le pegabamos el cambiazo metiendo dentro un vinilo de los que molaban (llegamos a pegar el cambiazo por ese metodo hasta al primer disco de Maniobras Orquestales en la Oscuridad o el Gold de Spandau Ballet, por que uno de mis colegas era un poco pijis, o tal vez era un maricón que se mantenía en el armario, nunca lo llegué a descubrir), nos íbamos a la caja y pagábamos la mitad de lo que valía el disco bueno, y siempre había alguna oferta de 3 X 2 o así. Luego nos repartíamos en la puerta del Insti los discos y uno se lo grababa a los demás. Lo malo era que cuando querías escuchar un disco de los guenos como la carátula era chunga tenías que poner con bolígrafo o rotulador lo que había dentro y siempre era un follón y luego con cuidadín que ninguno de nuestros padres se dieran cuenta del asunto por qué si lo veían se liaba la de San Quintin y a ver como lo explicabas.
Y en esas, llegaron las Navidades del 83 y todos estábamos delante de la pantalla de la televisión para ver el "videoclip" (otro bonito palabro) de Thriller (con la presentación por Martes y Trece) y durante una buena temporada no se hablaba de otra cosa, tantos los pijos, como los heavys, no importaba a que tribu pertenecieras, unos exaltándolo y otros, encolerizados, echando espuma por la boca por la mariconada del video. Pero así era nuestra vida entonces, que tiempo aquellos (otra vez vuelvo a decir la misma frase, ¡que viejuno!) y a pesar de todo "ahora" ya no tenemos antecedentes penales (que con el tiempo te los borran) y somos padres de familia y esas cosas.
Por cierto, según los últimos rumores, a ver si alguien me lo confirma o es simplemente un bulo. Parece ser que al negro de los cojones se lo encontraron medio muerto en la bañera (como a la Carmina Ordoñez, si aquella del politono Hostión) por una sobredosis de... Norit: Porque nada lava más blanco. ¿Será verdad?
Y para seguir recordando al "artista" que no al "hombre" (?) que mejor que echarse unos risas, pues aquí tenemos unos vídeos. Como diría un amigo mio vasco: Rekiscan-in-pazes.
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